Zona de miedo
Queremos hacerte saber que nos preocupa tu estado y nos gustaría ayudarte.
Es necesario que usted reconozca que no se siente bien. Que lo hable con su familia, con sus amigos, o con nosotros, que no culpe a nadie ni a usted mismo por eso, y que no pretenda “controlar” lo que no es controlable (no se puede controlar los pulsos del corazón, la digestión, son independientes de su voluntad).
Si se queja de todo y todo el tiempo es porque se siente mal, y no puede hablar (de sus miedos, de su enojo, de su impotencia, de la imposibilidad de controlar, de sus pensamientos y emociones negativas). Es probable que su imaginación y su miedo le hagan pensar a usted de forma apocalíptica.
Apóyese en fuentes confiables y tenga en cuenta que hoy en día estamos muy bien preparados para afrontar esta pandemia. Las instituciones se encuentran en estado de alerta y abocadas a la salud.
Coronavirus no es sinónimo de muerte. Si bien tiene un alto potencial de infección, también es cierto que su letalidad no es tan alta. La comunidad entera (salvo excepciones) esta decidida y cumpliendo con las normativas vigentes.
Si se siente en esta zona, es posible que usted no pueda “pensar” sobre sus emociones. Quizás sus emociones negativas sean las que dominan, por lo tanto, se hace difícil decidir sobre sus propios actos.
Eso da la sensación de pérdida del control de su vida.
A decir verdad, ese control nunca se tiene. Pero, vivimos con la sensación de controlar todo, aunque nunca lo hacemos realmente. La vida sigue un curso propio, que no podemos cambiar. Sin embargo, “si podemos y debemos cuidarnos”. Justamente querer controlar todo no nos ayuda a cuidarnos, y siempre fallamos en algo por lo que todo parece fracasar. Lo contrario al control es vivir tranquilo, sin pre/ocuparnos de lo que pasará más adelante, siempre observando las pautas de convivencia y las medidas de protección.
Queremos compartirte distintos videos que pueden ayudarte en este período de aislamiento.
Avicena (980-1037), médico y filósofo persa, y padre de la medicina moderna, escribió: “La imaginación es la mitad de la enfermedad. La tranquilidad es la mitad del remedio. Y la paciencia es el primer paso de la cura